La medicina estética no va de parecer otra persona.
No va de tener la cara hinchada, de perder las expresiones o de entrar en esa fábrica de clones con mejillas de mármol y frentes sin alma.
En Policlínica Joaquina Eguaras, no creemos en eso.
Aquí no vienes a “quitarte años” como quien se borra con goma.
Vienes a rejuvenecer la piel, a recuperar luminosidad, elasticidad, firmeza.
Vienes a tratarte con respeto. Y eso implica conservar lo más importante: tu esencia.
La idea no es cambiarte, es cuidarte
Cuando un tratamiento estético está bien hecho, nadie debería notarlo.
Pero tú sí lo notarás:
- Te verás mejor al despertar.
- Sentirás la piel más viva.
- Te verás más descansad@, sin perder ni un milímetro de ti.
Esa es la verdadera medicina estética.
La que respetando la naturalidad, consigue que digas:
“No sé qué tienes… pero estás genial”.
Y tú, en silencio, sabrás que es porque por fin has empezado a cuidarte de verdad.
¿Qué hacemos entonces en medicina estética?
No “hinchamos” nada.
No congelamos rostros.
No borramos gestos ni emociones.
Lo que sí hacemos es:
- Mejorar la calidad de la piel con tratamientos como vitaminas, mesoterapia o bioestimuladores.
- Tratar líneas de expresión para suavizarlas, no para eliminar tu carácter.
- Recuperar volumen de forma estratégica, sin exagerar.
- Hidratar desde dentro para que la piel lo refleje por fuera.
- Corregir asimetrías suaves que afectan a cómo te ves.
Todo con un objetivo: que te veas al espejo y sientas que ahí estás tú.
Solo que más tú. Más descansad@, más vital, más en equilibrio.
Naturalidad, ante todo
Los buenos tratamientos no cambian tu rostro.
Mejoran tu piel, tu expresión, tu confianza.
En Policlínica Joaquina Eguaras trabajamos desde ese punto:
No te convertimos en otra persona.
Te ayudamos a reencontrarte con la mejor versión de ti mism@.
Sin artificios.
Sin exageraciones.
Sin máscaras de cera.





